
Amantes del buen comer y enemigos declarados del aburrimiento culinario, creamos Ketolicity para demostrar que comer sano no tiene por qué ser un castigo.
Nos gusta el placer, pero también nos gusta sentirnos bien después. Así que decidimos hacer algo al respecto:
le declaramos la guerra a la comida procesada y fundamos una cocina donde los postres no suben la glucosa, las harinas se jubilaron y el azúcar… bueno, está en exilio permanente.
Acá todo es sin azúcar, sin harinas refinadas, sin colorantes ni conservantes, pero con mucho sabor y una buena dosis de amor.
Creemos que el equilibrio no se logra contando calorías, sino disfrutando con conciencia.
Ketolicity nació para recordarte que se puede comer rico, cuidarse y reírse un poco en el proceso.
Porque si vas a cambiar de hábitos, que sea con una cookie en la mano. 💚
